MOTOS EN ACERAS
Los moteros somos un tipo de conductores especiales, igual que los taxistas o los transportistas. La peculiaridad de sus vehículos y profesiones les hacen más sensibles a los problemas circulatorios de las ciudades y a las carencias que sufren día a día. Entiendo que Bilbao es una ciudad para todos, pero el Ayuntamiento debía tener más en consideración la escasez de espacio destinado al estacionamiento de los vehículos de dos ruedas. Hay que permitir que se pueda estacionar en las aceras. No propugno una barra libre, que conste. Tendría que elaborarse una ordenanza especifica o adaptar la existente para legalizar una práctica existente de facto obligados por los pocos aparcamientos habilitados. Las motos entre contenedores, apretadas a la entrada de un garaje comunitario o entre dos coches, con el riesgo de ser derribadas, son escenas habituales, sobre todo en el Ensanche bilbaino. Barcelona, Madrid o Málaga son urbes que han regulado el estacionamiento en aceras. Lo impiden en los pasos estrechos pero lo admiten en las aceras con más de tres metros de anchura. Algunos dirán que estas máquinas en las aceras molestan, que impiden el paso de personas ciegas. Son obstáculos evitables si los moterosrespetuosos dejan su transporte en la zona de acera lindante con la calzada o en puntos de paso peatonal escaso. Son intereses que se pueden maridar si el municipio se lo propone. Además, tendría como consecuencia un mayor uso de la moto y una rebaja en el número de turismos ocupados solo con una persona.
Por Alberto García
1 comentario:
Me tomo la libertad de hacer una variante de una anécdota de un hecho histórico:
Don Alberto, tiene usted todo el beneplácito y aplauso enérgico de alguien con quien puede contar en apoyo moral de este llamamiento al ensalzamiento de todos los vehiculos de doble rueda ,que existan.
Pero por favor, mi coche ni me lo miren, mi vehículo es mio y de eso ni se habla, en él habito, me muevo, canto, voy calentito, si se da con un poco de suerte lo uso de picadero, y hasta cuando llueve es hermoso pasar los minutos nocturnos en su habitáculo mientras maldigo la crisis.
Saludos desde la capital.
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