Así pensó Zaha Hadid el desarrollo urbanístico de la futura isla de Bilbao
ZORROTZAURRE, UN PLAN ENCAUZADO
Pero el documento que la junta de gobierno municipal aprobará está tan analizado y consensuado que las variaciones con las que se puede sazonar serán insignificantes cuando su aprobación sea definitiva en abril próximo. Los fogones del plan urbanístico han sido de alta gama, con muchos chefs, cocineros y pinches, algunos de los cuales han querido dejar demasiada huella en la complicada preparación de este gran menú.
Los últimos cuatro años han sido donde se han concentrado los caldos más gordos, desde que en octubre de 2007 se delegó en una gourmet de altura, la arquitecta anglo iraní Zaha Hadid, para elaborar el Master Plan de la nueva zona de oportunidad.
Al año siguiente, el anuncio en febrero de que se iba a proceder a rellenar la última parte del canal que linda con San Ignacio generó un movimiento vecinal que amargó muchos planteamientos institucionales. Con motivo de las elecciones generales de marzo de 2008, el apoyo socialista a unas quejas populares muy concentradas generó una salsa demasiado picante entre los grupos municipales. Una mezcla que cogió demasiado sabor por la creación de la asociación de El Canal, un grupo muy beligerante, el cual llegó a presentar varias denuncias ante los tribunales contra la operación urbanística de todo Zorrotzaurre.
Las elecciones al Parlamento Vasco de marzo de 2009 volvieron a exacerbar los ánimos y, en mayo, el Ayuntamiento, como responsable de la ordenación urbanística del área, y la Comisión Gestora decidieron renunciar al relleno del canal generador de la espesa polémica. En esta mezcla de sabores y probaturas se siguió trabajando pese a que el PSE, ahora en Ajuria Enea, y el PNV, con mando en el Ayuntamiento, no maridaban bien en cuanto al futuro de Zorrotzaurre. A pesar de ello, en febrero de 2010 se llegó a un acuerdo para relanzar un proyecto que no podía ser olvidado si no se quería quemar en el horno.
Dos guindas despejaron el futuro de la operación. La primera fue la sentencia del TSJPV de marzo por la que se anuló el cambio del plan del Canal de Deusto, una guinda amarga que fue recurrida por el Ayuntamiento a la vez que negociaba con los vecinos para intentar llegar a un acuerdo. Esta fue la segunda guinda, un pacto conseguido en octubre del pasado año, por el cual se integraban en el plan algunas de las sugerencias defendidas por los vecinos. Fue la guinda dulce.
Todo para conseguir una presentación urbanística cuanto menos equilibrada, en la que a muchos ya les apetece vivir y a otros no les importaría trabajar. Y es que en Zorrotzaurre cabe casi todo.
Son más de 84 hectáreas de terreno, algo más que dos veces la parcela de Abandoibarra, las cuales se han dividido en varias zonas para su ejecución urbanística. Una de ellas ya se está degustando: la sede de la ingeniería Idom fue inaugurada el pasado mes de setiembre. Otra, la clínica del IMQ, está en plena ebullición y se destapará la próxima primavera. Una tercera quedará marinada para siempre. El frente de ribera ante Olabeaga, donde se ubican las 200 viviendas que acoge el barrio antiguo, reposará en ese lugar privilegiado tras una rehabilitación que ya se ha iniciado. Será el nexo entre en el viejo y el nuevo Zorrotzaurre.
En el resto de la superficie surgirá un macedonia de servicios públicos, viales y empresas no contaminantes todo ello junto a 5.473 viviendas, la mitad de ellas de protección oficial y tasadas. Unos pisos que crecerán de forma escalonada en bloques de seis plantas, en la zona centro, a 20 alturas en los extremos, la máxima de toda la isla.
Según el gerente de la Comisión Gestora, Pablo Otaola, "se mantendrá la ubicación de los edificios en forma de lascas que permitirán a los vecinos ver desde sus edificios los dos frentes de agua". Todos los inmuebles cubrirán algo más de 600.000 metros cuadrados de superficie (60 hectáreas), el 75% de todas las construcciones que se acometerán. El 25% restante lo conforman inmuebles que albergarán actividades económicas y servicios públicos: un 17% para oficinas y empresas, un 5,3% para comercios y el restante 2,6% para equipamientos privados.
Ingredientes inéditos Zorrotzaurre aportará también ingredientes inéditos. El más importante será el primer parque tecnológico urbano del Estado. Cerca de 90.000 m2 divididos en dos polos de atracción. Uno grande al sur, cerca del puente Euskalduna, con 59.000 m2 de superficie el segundo, de 30.000 m2, en el norte, al lado del futuro puente que conectará con Zorrotza.
Dos zonas que aprovecharán edificios industriales antiguos y donde crecerán espacios para empresas científicas, relacionadas con el arte, la moda o los videojuegos
Todo, en una futura isla de 2,5 kilómetros de largo que se irán conformando a finales de 2012 con el inicio de la apertura del Canal de Deusto. Un arranque que se va a retrasar ya que la contaminación de los terrenos que se van a extraer es superior a la prevista.
La excavación de esta gran parcela de 500 metros de largo por 75 de ancho y ocho metros de profundidad marcará el verdadero arranque de la operación urbanística. Junto a la gran zanja se construirá el primer puente en un proceso que se prolongará algo más de dos años. Estas obras las financiará el Ayuntamiento, mientras que el Gobierno vasco colocará el segundo viaducto a la altura de San Ignacio para no dejar aislada la isla.
El tranvía será el transporte público que conectará la nueva ciudad con el centro por un paso exclusivo, mientras que el paso de vehículos quedará restringido. 7,5 kilómetros de paseos que bordearán la ría, bidegorris, el gran parque de ribera frente a Sarriko, pequeños embarcaderos en la zona del canal... son otros elementos de movilidad que aderezarán un conjunto culinario que habrá que ir paladeando con paciencia. La gran bouffe urbanística de Bilbao así lo precisa.
por Alberto García

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